Lancia 037 Stradale
En el post de hoy no os hablaré
desde un punto de vista objetivo, sino desde el pasional, desde el que
despierta para mí toda la pasión, puesto que se trata del primer coche que
elegiría si me dieras a elegir entre todos los coches que existen actualmente
en el mundo.
Para seros sincero, no comprendo
explicar el por qué de mi amor incondicional a semejante obra de arte, y una
vez lo vi en persona en una de las exposiciones de Teo Martín, supe que si
algún día tengo la cantidad económica suficiente para poder permitírmelo, lo
tendría (actualmente su valor se encuentra en torno a 250000€ en subastas).
Me desplazo a Italia, donde los
sueños de gran parte de los aficionados del automóvil se llevan a cabo, pero
no, no se trata de un Ferrari o Lamborghini, coches que también me encantan
(sobre todo algunos modelos de los 90 que están entre mi top 5), se trata de
Lancia.
Y os preguntaréis, ¿Cuál de los 4
grandes coches que sacó esta marca he elegido?
A pesar de reconocer que el delta
S4, Delta HF Evolutione y el Stratos son obras de arte que merecen un respeto y
un culto por parte de todo aficionado a los coches que roza la creación de una
iglesia, adivinaréis que el único que queda es el 037.
No os voy a hablar de la historia
de rallys de este coche, que es bien buena, sino de la versión de calle, el Lancia
037 Stradale, es decir, la versión de calle del famoso coche del grupo B.
Corría el año 1980, y Lancia
quería buscar sustituto para el Lancia Stratos el cual incluir en la nueva
categoría que establecería
la FIA en 1982 llamada grupo B y que todos
conocemos, o eso espero (es historia pura y dura, de la mejor). Para ello,
basándose en el Lancia Beta Montecarlo, Lancia inició el desarrollo de su nueva
máquina, el cual llamarían 037 (debido a que se trataba al código del proyecto en
el que tanto Lancia como Abarth se habían comprometido).
Para homologar dicho coche en
grupo B, Lancia tuvo que homologar 207 coches de calle (de los cuales se estima
que 35 fueron convertidos a coches de competición), bajo el nombre de “Stradale”
(que en italiano significa carretera, vamos a unirlo y a decir de carretera). Así
pues tenemos el Lancia 037 Stradale del que os quiero hablar, y a partir de
ahora vendrán algunos datos y detalles que voy a resaltar porque sí.
Primero, tenemos un coche creado
para homologar el mejor grupo de rally de la historia y que fue lanzado en 1982,
así que tenemos una buena base, ¿y que posee este coche?.
Empezamos con una carrocería de
kevlar y reforzado con fibra de vidrio (vamos, que la ligereza viene siendo
importante en el coche, ya que Lancia en vez de centrarse en competir con un
tracción total buscó propulsión y peso reducido), consiguiendo un peso de 1170
kg, todo ello movido por un motor Abarth sobrealimentado con un compresor Roots
y 4 cilindros en línea (cada uno de ellos con sus respectivas 4 válvulas
accionadas por doble árbol de levas) y 1995cc que nos proporcionan 200CV de potencia
a 7000 rpm y un par de 226 Nm a 5000, todo ello transmitido mediante una caja
ZF manual de 5 velocidades.
Leído esto, sólo nos parece
llamativo a día de hoy la carrocería del coche, puesto que cualquier modelo
deportivo de un utilitario al motor este lo deja en vergüenza, pero avancemos
más en la magia de este coche. Posee tracción trasera, además de un motor
central longitudinal, para hacerlo más divertido que de costumbre.
Si nos ponemos también a observar datos como la aceleración, desde parado hasta los 100 km/h, sólo precisamos de 5.8 segundos (sólo 1 segundo más lento que un Evo VI TME, con 70CV menos, menor tracción y 19 años a sus espaldas). También la velocidad máxima declarada del coche eran 225 km/h, pero siempre hay que tener en cuenta que un coche de rallys nunca destaca por su velocidad máxima, sino como llega a ella (aún así 225 km/h en los 80 era una cifra más que elevada).
Fijándonos en la estética de este coche diseñado por Pinifarina que tanto me enamora. Una de las cosas que más me sorprendió cuando lo vi al lado mío era su altura (a ver, sabía que era un coche bajito, pero no tanto) de 1245mm, que le da un aspecto de deportividad similar al de un Lamborghini Countach, pero respetando las leyes de la civilización sin caer en lo puramente radical. Otro detalle, es que todas y cada una de las unidades fabricadas fueron venndidas en el mismo color rojo (cosa curiosa ya que el coche en el mundial de rallys era blanco con los colores de la marca de bebidas que más hecho por las decoraciones del automovilismo, Martini). El único detalle que nunca me ha gustado es la falta del alerón del coche de competición, cosa que se puede saldar fácilmente añadiéndole uno pero de color rojo, todo sea propiamente dicho.
En cuanto al interior, es como
estar en un coche de competición, volante con el logotipo de Abarth en el centro, los botones en la consola central, asientos que no son baquet, pero que tienen el mismo objetivo, y cuya parte del copiloto venía adaptada para
que su modificación a rallys fuera más sencilla, siempre y cuando recordamos
que estamos hablando de un coche biplaza.
Por último, la experiencia de
conducción del mismo, espero tener el privilegio algún día de vivirla, pero me
voy a contar como he soñado que sería. Siempre tendría que ser una carretera de
montaña, o similar, con mucha curva, y jugando con el tren trasero, puesto que
es algo que daría mucho juego en un coche de estas características, el sonido
del mismo me llevaría a sentirme que estoy volando en una carretera mientras
sueño despierto con semejante máquina en mis manos.
Además os adjunto un enlace del canal Petrolicious en el que vemos este coche en su naturaleza conducido por una persona a la que le tendré una envidia eterna.
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